Una vez más, estamos buscando voluntarios y voluntarias que se incorporen al programa de Mentorías de Formando Chile. Actualmente, son 70 personas que participan en el voluntariado, quienes realizan clases de habilidades socioemocionales, matemática y lenguaje a los 150 niños y niñas que forman parte del programa.
“Tenemos un voluntariado súper exigente, pero que hace un trabajo de calidad. La única forma de impactar en el proceso educativo de los estudiantes es involucrándose de lleno”, explica Federico Hoyl, coordinador de Voluntariado en Formando Chile. “Pedimos un 90% de asistencia a las clases y un año de permanencia. Es un alto nivel de exigencia, pero eso nos ha permitido tener voluntarios muy profesionales”.
A pesar de la exigencia, es tan solo uno el requisito mínimo para ser mentor: el compromiso. “No buscamos voluntarios que tengan necesariamente habilidades pedagógicas, buscamos que se comprometan”, agrega Federico.
En esa línea señala que “nos responsabilizamos con salir a formar a nuestros voluntarios para que realicen buenas clases, y por eso tenemos jornadas formativas mensuales, donde les entregamos herramientas para realizar las clases, planificación, manejo de grupos. Herramientas que les permiten impactar más en los estudiantes, pero que el día de mañana les serán útiles en sus vidas laborales también”.
La intención de los distintos programas de Formando Chile es generar una comunidad de aprendizaje, en donde se creen vínculos entre los alumnos y los voluntarios.
“Si bien el estudiante es el que se ve beneficiado de primera, con estas herramientas que potencian sus capacidades, también se crea un proceso transformador en las experiencias que tienen los voluntarios, de vincularse con realidades que quizás no conocían, hacer clases que ya de por sí es una labor bastante difícil, y después comprometerse con la historia de un estudiante, de una familia, de una realidad”, expone Federico.
Las mentorías se realizan los sábados en la mañana, permitiendo así que los voluntarios puedan complementarlo con sus otras actividades. Si bien la pandemia ha hecho que los programas tomen un formato online, esperamos volver a realizarlos de forma presencial cuando las condiciones sanitarias permitan que sea seguro hacerlo.
Una comunidad de aprendizaje
Leonardo Alvarado llegó como mentor en Formando Chile a principios de este año. Si bien nunca llegó a realizar una clase presencial debido al inicio del confinamiento, describe la experiencia como una “desafiante, pero que se siente súper bien”.
Su motivación para unirse al voluntariado nació de las “ganas de ayudar a las personas que quizás no han tenido las mismas oportunidades que yo” y ahí encontró Formando Chile, que con sus mentorías los días sábados le permitía a Leonardo utilizar su tiempo libre para participar.
De las clases con sus tres alumnos (Vicente, Max y Arantza), cuenta que las primeras jornadas fueron bastantes formales. “De poco fuimos generando buena onda, hicimos un grupo de Whatsapp y me incluyeron en sus juegos online”, comenta Leonardo. “Las últimas clases empecé a darme cuenta de diferentes situaciones en donde demostraban que confiaban en mí, me empezaron a contar temas personales, sobre sus familias, pedirme consejos”.
Ángelica González también ha tenido que vivir su voluntariado en el confinamiento, pero aún así define la experiencia como “enriquecedora”. En su país natal de Venezuela había tenido la experiencia de trabajar con niños, y junto a una amiga encontró el trabajo de Formando Chile.
“Aunque nuestra labor sea ayudar a estos niños, en verdad también ha cumplido un rol esencial para mí, especialmente durante el confinamiento. Me mantuvo en mis cabales tener la responsabilidad y saber que, aparte de mí, alguien contaba conmigo. Me ha demostrado también que cada vez es más valioso el tener contacto con estos niños, y permitirles soñar, viendo más allá de sus circunstancias”, señala Ángelica.
Para Sofía Valdivia, el voluntariado llegó en una etapa de transición en su vida. “Llegue de estudiar en Estados Unidos hace dos años y sentía que tenía que hacer algo. No podía solo alegar por la desigualdad, sino poner de mi parte”.
“Tuve mucha suerte, conecté al tiro con mi alumna. Tuvimos una buena relación de respeto y de amistad. Aprendí muchísimo de ella: me podía parar los carros, tener esa confianza de decirle algunas cosas. Aprendí mucho de su vida, cosas que para ella eran cotidianas y para mí no.. Aprendo mucho de ellos, de las cosas que me hablan y cómo ven el mundo. Y trato de transmitirles un poco de lo que yo he vivido”, explica Sofía.
Recomendaciones a los nuevos voluntarios
Leonardo dice que el voluntario en lo que más puede ayudar “es en ser un apoyo emocional” y aconseja utilizar dinámicas además de las clases para generar vínculos con sus alumnos.
Sofía señala que “a alguien que quiera ser voluntariado les diría que estás cambiándole a la vida a una persona. No es por creerse Dios, pero un cambio aunque sea marginal en la educación de una persona, puede llegar a ganancias infinitamente mayores en el futuro”.
Ángelica, por su parte, invita a formar parte del voluntariado por “la riqueza que deja, el bienestar que hace crecer en uno mismo, además de la ayuda que hace en nuestros niños y en sus familias”.
Si quieres ser voluntario de Formando Chile, puedes inscribirte acá.